Reirnos inocentemente hasta que nos damos cuenta y nos invade esa sensacion extraña, ese " y si..."
En fin...me hablastes, hicimos amistad y de repente, nos dimos cuenta de que nos importabamos mas de lo que deberiamos de importarnos. Y ahora todos los dias vivo en un tren rapido en el cual acabo de despertar, sin saber hacia donde va ni en que parada me voy a bajar.